
Luis Chacón Molina.
Luis Chacón Molina (Jerez, 1957) está inquieto. Nervioso. Hoy se sienta a contar la historia de su tío Luis Chacón González; para honrar a su padre José Chacón González. Porque si Luis siguió vivo tras ser fusilado en el 36, fue gracias a la memoria y el recuerdo siempre presente de su hermano José. “Mi padre lo pasó muy mal en su vida. Lo echó mucho de menos. Y me lo contaba una vez y otra vez, y otra vez hasta que… me lo inculcó”, expresa Luis.
A Luis le cuesta reconstruir los hechos. Apenas tiene información. Solo lo poquito que llegó a recomponer José, que vio cómo se llevaron a su hermano cuando él tenía tan solo 7 años de edad. “Vinieron a su casa, a la calle Esteros, 5, en el barrio de San Miguel, y se lo llevaron. Y ya no lo vio más. Mi abuela era la que iba a llevarle comida, ropa… No sé qué tiempo se llevaría llevándole cosas, hasta que un día le dijeron que no viniera más, que ya su hijo no estaba allí”, narra.

Documentos a nombre de Antonio Chacón González.
—Su abuela nunca le contó nada. —Nada.—¿Por miedo? —No creo, ya en esa época… Sino que las palabras no le salían de dentro… Sin embargo a mi padre le salían de sus raíces.
¿El por qué se lo llevaron? Luis cree que estaba afiliado a la CNT, “me imagino que estaría metido en política o en algún sindicato en esa época. No sé”. En su familia, no solo se llevaron a su tío Luis, sino que también apresaron a su tío Antonio Chacón González, “quien tuvo la suerte de que no lo fusilaran. Estuvo a punto. Y tuvo la suerte. (Silencio). Murió a los 90 años”. Sin embargo, jamás verbalizó nada de lo vivido tras el alzamiento del 36. “Mi tío nunca me habló de eso”.
De nuevo, silencio.
—¿Por qué busca el cuerpo de su tío Luis?—Lo hago para honrar a mi padre y a mi tío. Pero sobre todo a mi padre.
“Mi padre me dijo a mí, antes de fallecer, que lo enterrara en la fosa común donde estaba su hermano. Mi abuela también se enterró en la fosa común, imagino que también se lo pediría a mi padre”, comparte entrecortado, a lo que continúa: “Busco el cuerpo de mi tío desde que tengo uso de razón. Lo que pasa es que tampoco he tenido oportunidad… Mi padre falleció a los 84 años… Si mi padre hubiese sabido que existía esta asociación, mi padre era el primero que estaba ahí. A mí me gustaría encontrar a mi tío por darle la satisfacción a mi padre, y para darle un entierro digno”.
“Más que por mí, lo hago por mi padre. Para darle ese gran logro, para darle un entierro digno”, insiste. Luis se remueve en la silla. Se emociona cada vez que menta a su padre. Y termina la entrevista pidiendo más conciencia, más clase. “Yo a la gente le diría que salieramos más a la calle. Y lucháramos más. Para quitar a los dictadores de en medio, que han sido la lacra del mundo y de este país”, resopla.
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