Investigación, Testimonios

MANUEL MATEO CALLEALTA

17 Nov , 2025  

JOSÉ MANUEL MATEO GARCÍA Y MANUEL MATEO SANTIAGO Buscan el cuerpo de su abuelo paterno (padre de Manuel), MANUEL MATEO CALLEALTA.

Un retrato de Manuel Mateo Callealta.

“Mi padre siempre ha tenido esta fotografía en el bar. La gente le preguntaba: Manolo ¿tú que has sido boxeador? Y a él le gustaba decir que sí, que era él. No decía que era su padre”, ríe José Manuel Mateo García (Jerez, 1963), mientras sujeta la imagen de su abuelo, Manuel Mateo Callealta (Cádiz, 1905), vestido con calzonas y guantes de boxeo.

“Mi abuelo era boxeador amateur, participaba en muchos combates benéficos”, apunta su nieto. “Después de la foto esta, duraría 15 ó 20 días más”, estima, a lo que continúa: “En España se iban a hacer unas Olimpiadas Populares en detrimento de los Juegos Olímpicos que se iban a celebrar en la Alemania de Hitler. Y aquí en Jerez hubo combates para que los que se clasificaran, fueran a Barcelona. De hecho los que se clasificaron, se fueron en autobús. Hasta que los pararon en Córdoba y los fusilaron a todos”.

“Y aquellos que quedaron, fueron a buscarlos uno a uno. A mi abuelo lo mataron por ser de izquierdas, de la CNT, y por trabajar para un falangista de pro, como era Marcano”, sentencia José Manuel. A su lado, sentado en un sillón de color crema se encuentra su padre, Manuel Mateo Santiago (Jerez, 1934).

“A mí, la ilusión que me haría, aparte de encontrar a mi abuelo, es decirle: Papá, estos son los restos de tu padre, descansa tranquilo. Yo sé que a él le queda poco tiempo, pues, qué menos que llevarle a su padre”, manifiesta José Manuel emocionado. “Yo sé que él se quedaría satisfecho, porque sé que esa es su búsqueda desde siempre, pero nunca lo ha podido llevar a cabo. Por eso yo tomé las riendas de esta búsqueda”.

Según ha podido recabar su nieto, Manuel Mateo Callealta nace en Cádiz, en la calle Hércules, número 12. De familia numerosa, con 8 hermanos, se traslada a Jerez a vivir con su tía María Mateo Arjona, que “semi lo adopta”. Manuel “era una persona altruista, que defendía los derechos de los trabajadores. Y en aquella época, si tu eras de esa forma de ser, te quitaban de en medio”, comparte José Manuel. “Él participaba en mítines; defendía mucho al obrero, era sindicalista… Y por eso el dueño del almacén no lo podía ver. Pasó lo que pasó por cuenta del dueño del almacén ese. Donde él trabajaba, Ultramarinos Marcano, en calle Latorre”, asegura.

Manuel desapareció una noche, en la calle Molino de viento, en el barrio de San Miguel, donde él vivía. “Mi abuela me contó que mi padre venía de trabajar. Se estaba lavando para cenar y acostarse. Y llegaron allí dos o tres de estos que habían entonces. Y preguntaron por él. No, es para hacerle unas preguntitas, dijeron. Se lo llevaron en un coche y adiós que te vi. Yo tenía 2 años entonces…”, relata Manuel entrecortado. “Mi madre me sacó en brazos… Señora, meta usted el niño para dentro, que si no se van a ir con el padre”, le dijeron los camisas azules.

Manuel (Abuelo), Jose Manuel (Hijo) y Jose María ( Nieto).

Manuel, ¿quién te habla por primera vez de tu padre? “Mi abuela, Milagros Callealta Pelufo”, responde. Al tiempo en que traga saliva. “Todavía le dura la pena”, prosigue su hijo. Manuel, ¿se hablaba de tu padre en casa? “No, nunca”. Silencio. “Mi abuela sí, ella me hablaba mucho de su hijo”, añade.

A su padre Manuel Mateo Callealta lo llevaron preso al cuartel de la calle Taxdirt. “Mi abuela habló mucho con señoritos que habían en Jerez, para que le dieran el indulto a su hijo Manuel. Y lo consiguió. Pero en cuanto llegó al cuartel, con el papel en la mano, en ese mismo momento se llevaban a su hijo montado un camión. Ella corrió detrás del camión. Pero no pudo salvarlo. De película”, narra José Manuel.

“Se salvó Ventura Núñez ‘Venturita’, un torero grande de aquí de Jerez, y su hermano. Ellos sí se salvaron. Lo indultaron. Tres o cuatro se salvaron; pero mi padre no”, recuerda Manuel Mateo Santiago. Tras quedarse huérfano de padre, su familia “se quitó de en medio” y fueron represaliados con humillaciones y vejaciones públicas: “A mi abuela, por ser mujer de un sindicalista, la obligaron a ir detrás del Cristo de la Expiración con la cabeza rapada y habiendo tomado aceite de ricino, un purgante. Ella y otras mujeres de fusilados se iba cagando por la calle hasta llegar a la alameda Cristina”.

“Cuando te vas enterando de cosas, te das cuenta de lo que ha sufrido esta gente”, confiesa José Manuel. Para él, recrear su propia historia, es reconstruir la historia de su abuelo Manuel. “Era imposible hablar con mi abuela del tema… Fue a través de la Asociación de Memoria Histórica de Jerez donde sí he podido indagar e investigar sobre la vida de mi abuelo”.

Manuel, ¿algún vecino te dijo alguna vez lo que te parecías a tu padre? “A mí me conocía mucha gente en aquel tiempo, y me decían cómo era mi padre… Yo, como era un niño…”, llora. “Él siempre ha estado muy orgulloso de su padre”, termina su hijo, José Manuel. “Había un compañero de boxeo de mi padre, le decían El Francés, que venía a verme. Me decía muchas cosas de él… Un hombre muy bueno también. Pero ya no existe”, lamenta.

“Yo creo que mi padre, si encontramos los restos de mi abuelo, pues sería… maravilloso. Lo que pasa es que es muy difícil. Se hizo una mala monda en el antiguo cementerio”, sostiene José Manuel. Para él, todo este proceso personal y colectivo de recuperación de la memoria de Manuel Mateo Callealta se resume en cuatro palabras: Trabajo, desinformación, dolor y esperanza. “Si encontramos, aunque fuera solamente a uno de los fusilados, yo me daría por satisfecho”, declara.

“Queremos explicar lo que pasó. Ni sumarle ni restarle, lo que pasó. Con el fin de que esto no se vuelva a repetir. Te das cuenta, de que ahora mismo está todo tan polarizado… Y se lían a soltarse improperios e insultos. Y no son conscientes de que estamos cayendo en la misma trampa que hicieron en aquella época. Es una pena. Información, primero. Y que esto no se vuelva a repetir. No podemos tener a gente sin padre y sin madre y con un hueco grandísimo en sus vidas, de por vida. Esto es lo más doloroso”, remata el nieto de Manuel, que viste la camiseta negra de la Asociación de Memoria Histórica de Jerez, y que como su abuelo hizo en su día, lucha por los derechos de las víctimas del Franquismo.

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